Parece increible pero han transcurrido poco más de 20 años desde que comenzó el siglo XXI, siglo que ha impactado por traer cambios y sucesos extraordinarios, que han significado un derrumbe de estructuras de toda índole en la humanidad.
Hemos experimentado desde avances tecnológicos de gran magnitud, adoptado nuevas filosofías, estilos de vida, cambios en la economía, hasta mutaciones de virus y nuevas enfermedades.
La evolución continúa y los acontecimientos ponen a prueba nuestra manera de vivir, relacionarnos y entender el mundo que nos rodea.
Este impacto evolutivo también se ve reflejado en una las esferas importantes para el ser humano: la laboral, que además de aportar los ingresos económicos, está ligada al sentimiento de satisfacción y realización personal.
En este aspecto, nos encontramos en un punto de confluencia entre la implementación de patrones de trabajo antiguos y la modernidad de la era digital.
Algunas décadas atrás, aún nos identificábamos con prácticas laborales desarrolladas hace 200 años, en donde las estructuras lineales y las tareas que dependían una de la otra, eran la mejor opción para asegurar la eficacia de los procesos. Sin embargo estas prácticas resultan obsoletas para hacer frente a los retos y exigencias actuales, de clientes tanto externos como internos.
Hoy con la entrada de nuevas tecnologías de la información y comunicación, el big data, la inteligencia artificial, IoT y otras innovaciones; el mayor desafío para las empresas es lograr ser competentes en escenarios más complejos, en dónde la información es abundante y los cambios son constantes.
Por un lado, se presenta el reto de lanzar productos y servicios de forma ágil, y por el otro, implementar formas de trabajo más creativas que respondan ante las necesidades sociales, emocionales, intelectuales, físicas y espirituales de los individuos.
En este sentido, el éxito de las empresas depende en gran medida, de la integración de nuevas formas de organización de los equipos de trabajo y las mejores prácticas que permitan encontrar el equilibrio entre ls necesidades de desarrollo del capital humano y las de las compañías, para lograr la satisfacción del cliente y del capital humano.
Métodos de investigación del comportamiento laboral
En la actualidad, existe un evidente interés tanto en las personas como en la cultura corporativa, por ser más ágiles en sus procesos, más innovadoras, competitivas y al mismo tiempo enfocadas en la satisfacción del cliente.
Es así como toma fuerza el concepto de “metodologías ágiles”. Este concepto da un giro a los sistemas de trabajo tradicionales para mejorar la flexibilidad, eficiencia y conseguir resultados más óptimos en sus proyectos.
Las metodologías ágiles surgen gracias a la necesidad que existía, tiempo atrás, en la industria del desarrollo de software para ser más ágiles en sus procesos. Los proyectos eran planificados en fases tipo cascada, lo que significaba una barrera a la hora de realizar cambios, por lo que era necesario implementar mejores prácticas que permitieran tener mayor flexibilidad e inmediatez para responder a los requisitos cambiantes.
Existen diferentes metodologías ágiles desarrolladas e implementadas por diferentes empresas, para el desarrollo de proyectos para cualquier industria sin importar la complejidad o tamaño del mismo. Las más populares, desarrolladas e implementadas por compañías de renombre mundial como IBM, Apple, Amazon, Google, Toyota y Spotify son: Scrum, Kanban, Crystal Methods, XP (Extreme programming), Agile UX.
Estas metodologías, más que que hacer referencia a una serie de indicaciones exactas e inflexibles para gestionar un proyecto. Se trata de una filosofía de pensamiento en colaboración y centra su enfoque en organizar los proyectos en pequeños equipos multidisciplinarios y auto organizados, encabezados por un representante.
A estos equipos de trabajo, el mayor exponente de música en streaming: Spotify, los define como SQUADS. Así mismo, estos equipos forman parte de otro equipo llamado “TRIBU”, integrado por varios SQUADS. Las TRIBUS, se generan basadas en objetivos que as su vez conducen a un objetivo mayor común.
Las principales ventajas de adoptar esta metodología de trabajo son:
Hoy la transformación e innovación en las viejas estructuras de trabajo y procesos obsoletos, más que una moda es una necesidad para lograr hacer frente a las nuevas exigencias de la humanidad.
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